Cuando estamos en búsqueda de perder peso, podemos encontrar distintos métodos que prometen ayudarnos a alcanzar dicha meta, pero son muy pocos los que realmente son efectivos, uno de ellos es el déficit calórico, a continuación te hablaremos más acerca de él, los beneficios y cómo medirlo.
El déficit calórico se trata del estado en que se encuentra el organismo cuando quema más calorías de las que consume. Esto no quiere decir que pasarás hambre, solo se realizará una limitación de calorías realista, siempre cuidando que no se produzca una descompensación. Los componentes que se involucran en el déficit calórico son el gasto energético en reposo REE, al igual que las calorías .
El REE, se refiere a las calorías que el organismo gasta en estado de reposo, para nuestras funciones vitales, como respirar, circulación sanguínea, entre otros.
Si hablamos de calorías nos referimos a la unidad de energía que se obtiene de alimentos y bebidas.
Podemos encontrar distintos tipos de déficit calórico, el ligero y moderado, elegir entre estos dos dependerá al que se apegue más a tus necesidades y lo que te recomiende un profesional.
¿Cómo calcular el déficit calórico?
Para poder obtener el déficit calórico, lo primero que debemos hacer es calcular la cantidad de calorías que actualmente utiliza el cuerpo para mantener el peso y composición corporal.
La tasa metabólica basal TMB, son las calorías que tu cuerpo quema sin esfuerzo, para calcular cuál es tu TMB se acude a la ecuación de Mifflin-St Jeo.
TMB = (10 x peso en kg) + (6.25 x altura en cm) – (5 x edad en años) – 161, dichas cantidades son específicamente para mujeres.
Lo siguiente es multiplicar tu TMB, por el nivel de actividad que realizamos diariamente, de esta forma obtenemos la cantidad de calorías necesarias para tu rutina, a esto se le denomina GEDT, o gasto energético diario total.
- Poco o nada de ejercicio, actividad física: 1.2
- Poco ejercicio de 1 a 3 veces a la semana: 1.375
- Ejercicio moderado 3 a 5 veces a la semana: 1.55
- Ejercicio intenso 6 a 7 veces a la semana: 1.75
A continuación deberás desarrollar una resta para conseguir tu déficit calórico, a la cifra que se obtuvo de las operaciones anteriores se le restará entre 300 y 500 calorías para encontrar la cantidad que se tendrá que comer al día para lograr el déficit.
Beneficios de conocer el déficit calórico
El beneficio más puntual que encontramos al hacer un déficit calórico es el que te mencionamos anteriormente, que es quemar calorías para perder peso, si esto es lo que estás buscando es un excelente método, que si bien no te dará resultados inmediatos, es uno de los más eficaces, al llevarlo a cabo correctamente supervisado por un profesional te ayudará a alcanzar tus objetivos.
La pérdida del tejido graso es una de las consecuencias positivas del déficit calórico, lo que conlleva a otra de las ventajas que podemos obtener del DC, es que ayuda a la eliminación de la conocida piel de naranja o celulitis, si bien esta condición de la piel puede deberse a múltiples factores, entre ellos se encuentra el exceso de grasa en ciertas zonas del cuerpo. Conjuntar el déficit calórico con un plan de entrenamiento, puede contribuir a la eliminación de la celulitis.
Consejos para lograr un déficit calórico con éxito
Planifica la compra de los alimentos
Una vez que tengas tu plan alimenticio, haz una lista de lo que necesitarás para llevarla a cabo, trata de que la encabecen los alimentos frescos, como frutas y verduras, aquellos que no se encuentran tan procesados y disminuye lo que tienen altas cantidades de calorías.
Mantente constante y flexible
Uno de los mejores consejos cuando se está buscando seguir un plan, o quieres obtener los resultados deseados, es ser constante, comprométete con tu nuevo estilo de vida, si bien no será algo que hagas toda la vida, porque puede ser contraproducente, ten en cuenta que por un tiempo tendrás que decirle que no a los antojos. La buena alimentación y el ejercicio rendirán frutos, pero también debes ser consciente de que en algunos momentos será imposible seguir con tu régimen, así que no te frustres y adáptate.
El equilibrio es fundamental
Muchas personas optan por las actitudes compensatorias, esto quiere decir, que un día reducen de más la ingesta de calorías, o aumentan el ejercicio para compensar una mala alimentación. Una vez que ya cuentas con la cantidad de calorías que debes consumir, lo recomendado es que te apegues a esto, el tiempo que te recomiende el nutriólogo.
Como ya lo mencionamos, acudir con un profesional es de suma importancia, sobre todo cuando se trata de la alimentación, por nada del mundo te aventures a llevar a cabo un método sin supervisión.
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