Muchas veces se olvida que los músculos son aquellas estructuras que al contraerse permiten que el cuerpo pueda moverse y mantenerse activo todo el tiempo; de hecho, todos los seres humanos contamos con más de 600 músculos que facilitan el desempeño de las actividades diarias, así como la práctica de cualquier deporte.
Al ejercitar el cuerpo o realizar cualquier deporte se activan los músculos del cuerpo, los cuales, después de recibir la orden del cerebro, se contraen y movilizan a los huesos y articulaciones. Además, cumplen con la función de dar soporte, estabilidad y equilibrio, así como protegen a los órganos del cuerpo y huesos de sufrir lesiones.
Sin duda, para cualquier actividad física intervienen los músculos; incluso, hay entrenamientos que procuran fortalecerlos y hacer que incrementen su volumen. En cualquier caso, después de terminar cualquier entrenamiento o rutina de gran intensidad, los músculos se tensan y pueden llegar a sufrir desgarros o inflamaciones que si no se tratan, pueden desencadenar en alguna lesión.
Por esta razón, es fundamental que, después de poner en práctica cualquier deporte, el cuerpo se enfrente a una recuperación muscular que ejerza una sensación de alivio y descanso a estos tejidos. Para que conozcas más al respecto, a continuación te contamos en qué consiste esto.
¿Qué es la recuperación muscular?
La recuperación muscular corresponde a un proceso en el que se acelera la reparación y el fortalecimiento de estos tejidos, que tras el desgaste y dolor producido en los músculos, requieren aliviar los desgarros producidos en ellos y mejorar así su funcionamiento. Ahora bien, para lograr esto, se pueden realizan las siguientes acciones:
- Descanso: primero que nada, para una correcta recuperación muscular se vuelve fundamental tener un descanso adecuado, el cual le de la oportunidad a los músculos de reponerse y fortalecerse. Para esto, es importante dormir bien cada noche, ya que durante el sueño es cuando el cuerpo se encarga de reparar y rejuvenecer los tejidos musculares. Además, es conveniente que después de realizar cualquier actividad física, se establezcan períodos de descanso, en los que los músculos se relajen y liberen esa tensión provocada durante la actividad física.
- Alimentación: otro aspecto clave para la recuperación muscular es la alimentación. Hay que tener en cuenta que después de hacer ejercicio se produce una pérdida de glucógeno, por lo cual es necesario ingerir alimentos altos en carbohidratos y proteínas. Esto se debe a que los carbohidratos proporcionan energía al cuerpo y ayudan a reponer las reservas de glucógeno muscular después de hacer ejercicio.
Además, también se pueden consumir ácidos grasos como el Omega-3 que pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor muscular. Algunos alimentos ricos en carbohidratos y Omega-3 son las manzanas, plátanos, mangos y naranjas; lácteos como la leche o yogurt; granos y cereales, carnes rojas y pescado. Claro, sin olvidar la importancia de consumir líquidos suficientes para la hidratación
- Terapia: en algunas ocasiones, los atletas recurren a diversos tratamientos terapéuticos para potenciar la recuperación muscular; algunos de ellos son:
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- Hidroterapia: Este método consiste en la inmersión del cuerpo en agua fría o caliente. Estos cambios de temperatura generan beneficios sobre áreas inflamadas y dolores musculares, pero también ayudan a combatir la fatiga de estos tejidos, ya que favorece la circulación vascular, estimula el sistema inmunológico, relaja el cuerpo y ejerce un efecto analgésico.
- Crioterapia: De forma muy parecida a la hidroterapia, la crioterapia consiste en la sumersión del tren inferior del cuerpo en agua con hielos. Su duración es más corta, pero sus beneficios son significativos; por ejemplo, disminuye la inflamación, ya que los vasos sanguíneos se contraen y así evitan la acumulación de sangre en una zona. Además, reduce el dolor provocado en algunas partes del cuerpo, pues el frío hace más lento el proceso por el cual los nervios envían la señal de dolor al cerebro.
- Ejercicios: otra forma en que se puede favorecer la recuperación muscular es mediante el desarrollo de actividades de recuperación activa; es decir, ejercicios de baja intensidad como estiramientos, cardio con elíptica o el yoga que ayudan a relajar la musculatura y, por tanto, beneficiar su recuperación, movilidad y flexibilidad.
- Ropa de compresión: finalmente, el uso de ropa de compresión es otra forma en la que se puede ayudar a los músculos a relajarse y disminuir el dolor provocado en ellos. ¿Cómo sucede esto? La ropa de compresión ejerce presión sobre los músculos y acelera la circulación sanguínea y minimiza los dolores ocasionados por la inflamación.
Como puedes darte cuenta, la recuperación muscular es un proceso esencial para cualquier deportista, ya que no sólo les permite acabar con el agotamiento y la inflamación de los músculos, sino también mejorar el rendimiento de estos tejidos para las próximas actividades físicas. Toma esto en cuenta y procura siempre darte un descanso al finalizar tus entrenamientos, pues así evitarás lesiones. En nuestras secciones de Yoga y Fitness puedes encontrar algunos accesorios que faciliten este proceso: elípticas, tapetes de yoga e, incluso, ligas de resistencia.