La historia detrás de la marca Reebok es sumamente curiosa, pues no solo ha sido una empresa que ha pasado por incontables cambios, sino que cuentan con una muy nutrida cantidad de años encima, cosa que muchas personas desconocen.
Podemos decir que los orígenes de Reebok se encuentran, más o menos, en el año de 1890, en un modesto pueblo inglés conocido como Holcombe Brook.
Es aquí donde un señor conocido como Joseph William Foster se encarga de producir y comercializar unos sencillos, pero muy dignos tenis; estos eran comúnmente empleados por personas asociadas al deporte.
En un día muy especial, A Joseph William Foster no se le ocurrió otra idea que fabricar un zapato para correr que hiciera uso de clavos.
Resulta que este modelo consiguió alcanzar cierta notoriedad, y la voz se fue corriendo por todo el pueblo, terminando con una más que aceptable recogida por parte de todos los atletas que solían comprar los tenis del señor Joseph. Y, si, nos estamos refiriendo a los calzados que serían conocidos como los “Foster”, calzados que por alrededor de 50 años fueron catalogados como uno de los mejores zapatos para correr.
Es importante señalar que antes de que estos zapatos “Foster” alcanzaran el éxito, en el año de 1895, Joseph William Foster, con la idea de seguir progresando en innovando lo que vendría a ser el mundo del zapato deportivo, se unió a sus hijos y juntos crearían una empresa de producción de zapatos que llevaría el nombre de J.W. Foster and Sons.
La era Reebok
Con el pasar de los años, la empresa siguió en manos de los Foster y fue pasando de generación en generación y produciendo sus zapatillas. Sin embargo, fueron Joseph y Jeffrey Foster, ambos nietos del señor Joseph Williams Foster, quienes darían el para nada polémico paso de cambiar el nombre de la empresa.
De esta forma, decidieron darle un nombre que los distinguiera; Reebok fue el nombre escogido, el cual sigue siendo el nombre de la empresa en la actualidad. Como curiosidad; por muchos años posterior al cambio del nombre, los clientes seguían identificando sus productos como un Foster.
Los que en un inicio fueron conocidos como los zapatos Foster contaron con su participación en los denominados Juegos Olímpicos de París en el año de 1924 de la mano de Harold Abrahms, Eric Liddell y Lord Burteigh.
Sin embargo, no fue hasta muchos años más tarde, concretamente en el año 1979, cuando un hombre experto en marketing conocido como Paul Fireman, descubriría los zapatos Reebok y, impactado por la calidad del calzado, no dudo en ponerse en contacto con los dueños de la compañía.
De esta forma, Fireman se convertiría en el principal distribuidor de la marca Reebok en los Estados Unidos. Y fue aquí en donde la marca comenzaría posicionarse en los sitios más altos de su historia, siendo el mercado relacionado con el mundo del deporte donde más demanda y buena reputación gozaría.
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