Decidir entre caminar y correr no siempre es sencillo, especialmente si buscas algo que se adapte a tus necesidades.
Ambas son actividades cardiovasculares accesibles, pero ofrecen experiencias y beneficios distintos.
Si eres fan de moverte al aire libre y quieres tomar la mejor decisión, este artículo es para ti.
Te explicaremos las ventajas, desafíos y cómo cada opción puede influir en tu salud física y mental.
Ya sea que elijas caminar o correr, lo más importante es mantenerte activo y disfrutar cada paso del camino.
¡Vamos con Martí Mx Run Club!
¿Por qué comparar caminar y correr?
Comparar caminar y correr tiene más sentido de lo que parece.
Aunque ambos son ejercicios simples y no requieren más que unos buenos tenis, cada uno impacta tu cuerpo de forma diferente.
Caminar ofrece una actividad de bajo impacto que puedes realizar sin importar tu condición física, mientras que correr exige más esfuerzo, pero también acelera resultados como la pérdida de peso y la mejora del rendimiento.
Entender estas diferencias puede ayudarte a elegir lo que mejor encaje con tus metas: ¿Buscas intensidad y rapidez o prefieres constancia y menos desgaste?
Ambas opciones son válidas, solo tienes que decidir qué es lo ideal para ti.
Beneficios de caminar: Más allá de la calma
Caminar es mucho más que dar un paseo tranquilo.
Esta actividad es excelente para tu salud cardiovascular, mejora la circulación sanguínea y mantiene tu corazón fuerte sin necesidad de extenuarte.
Caminar puede reducir el estrés y la ansiedad al liberar endorfinas.
Es una opción ideal si disfrutas de momentos más relajados, ya que te permite conectar con el entorno y reflexionar mientras avanzas.
También es perfecto para mejorar la digestión, controlar el peso y mantener un estado de ánimo positivo, todo sin generar un gran impacto en las articulaciones.
Incluso una caminata diaria de 30 minutos puede marcar una gran diferencia en tu salud.
Ventajas de correr: ¡Activa tu energía al máximo!
Si buscas un ejercicio que te dé energía al instante, correr es para ti.
Correr quema más calorías en menos tiempo y mejora tu capacidad aeróbica, fortaleciendo tu corazón y pulmones.
La sensación de lograr un objetivo —como completar una carrera— puede ser muy motivadora.
Esta actividad también ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y a liberar endorfinas, dándote ese subidón de bienestar que muchas personas llaman “runner’s high”.
Si lo que quieres es desafiar tus límites y ver resultados rápidamente, correr te llevará ahí.
¿Cuál quema más calorías?
En términos de gasto calórico, correr es más eficiente.
Una persona de 70 kg puede quemar alrededor de 600 calorías por hora corriendo a un ritmo moderado, mientras que caminando a un ritmo rápido quemará entre 250 y 300 calorías.
Sin embargo, la cantidad total también depende de otros factores, como tu metabolismo y la intensidad del ejercicio.
Si bien correr parece ganar en esta categoría, caminar largas distancias de manera regular también puede ayudarte a alcanzar tus objetivos de pérdida de peso.
Todo es cuestión de constancia y encontrar el ritmo que mejor se ajuste a tu día a día.
Impacto en tus articulaciones: ¿Cuál es más seguro?
Si tienes en mente la salud de tus articulaciones, caminar es una opción más amigable.
Al ser de bajo impacto, reduce el riesgo de lesiones en las rodillas, tobillos y caderas.
Por otro lado, correr puede generar mayor desgaste si no tomas las precauciones necesarias, como usar un calzado adecuado y correr en superficies amortiguadas.
Si ya has tenido lesiones o buscas cuidar tus articulaciones a largo plazo, caminar puede ser tu mejor aliado.
Sin embargo, si correr es lo tuyo, combinarlo con ejercicios de fortalecimiento y sesiones de estiramiento puede minimizar los riesgos.

Tiempo vs. intensidad: ¿Qué se adapta mejor a tu agenda?
Sabemos que tu rutina puede ser una locura, y por eso es importante elegir un ejercicio que se adapte a tu agenda.
Si tienes solo 20 o 30 minutos al día, correr puede ser más efectivo para alcanzar tus objetivos rápidamente.
Por otro lado, caminar es ideal si puedes dedicar más tiempo, ya que te permite entrenar sin sentirte agotado.
La intensidad de correr puede ser un reto motivador, pero caminar también ofrece beneficios significativos si lo practicas con frecuencia.
La clave está en encontrar el balance entre tus metas y el tiempo que puedes invertir.
Salud mental: El poder de moverse al aire libre
Moverte al aire libre, ya sea caminando o corriendo, tiene un impacto positivo en tu salud mental.
Ambas actividades ayudan a reducir la ansiedad y mejoran tu bienestar emocional.
Correr puede ser perfecto si necesitas liberar energía acumulada rápidamente y sentirte revitalizado.
En cambio, caminar te permite desconectar de forma más pausada y disfrutar del entorno con tranquilidad.
No subestimes el poder de un paseo en medio de un día estresante o de una carrera que te haga olvidar tus preocupaciones.
Al final, ambas opciones son herramientas efectivas para mejorar tu estado de ánimo.
¿Buscas mejorar tu rendimiento físico?
Si tu objetivo es mejorar tu condición física y prepararte para eventos deportivos, correr es una excelente opción.
Aumentarás tu capacidad aeróbica, mejorarás la resistencia y fortalecerás tus músculos.
Por otro lado, caminar es ideal si quieres mantenerte activo sin someterte a tanta presión.
Es una excelente forma de mantener la movilidad y evitar el sedentarismo, sobre todo si apenas estás comenzando a moverte más.
Ambas actividades pueden complementarse para lograr un progreso constante y sostenible.
¿Es necesario elegir uno? ¿O puedes combinar ambos?
No tienes que elegir entre blanco y negro.
Alternar entre caminatas y carreras puede brindarte lo mejor de ambos mundos.
Por ejemplo, podrías dedicar algunos días a caminar para dar descanso a tus músculos y otros a correr para aumentar tu resistencia.
También puedes usar la caminata como una forma de calentamiento o enfriamiento después de correr.
Esta combinación no solo evita lesiones, sino que también mantiene la motivación alta al darle variedad a tu rutina.
Consejos para sacar el máximo provecho de cada opción
- Calzado adecuado: Usar tenis específicos para correr o caminar es clave para evitar molestias y lesiones.
- Escucha a tu cuerpo: Si sientes dolor o incomodidad, reduce la intensidad o descansa.
- Aprovecha la música: Una playlist motivadora puede hacer que el tiempo pase volando.
- Elige rutas variadas: Cambiar de escenario mantiene tu mente activa y evita que te aburras.
- Hidrátate bien: No importa si caminas o corres, mantenerte hidratado es esencial para rendir al máximo.
Conclusión
Tanto caminar como correr tienen beneficios únicos, y la mejor opción depende de lo que estés buscando.
Si prefieres una actividad relajada que puedas disfrutar a tu ritmo, caminar es ideal.
Si te motiva desafiar tus límites y buscas resultados rápidos, correr es tu camino.
Al final, lo importante es moverte de la forma que más disfrutes.
Así que ponte tus tenis, sal al aire libre y descubre lo que te hace sentir mejor.
¡El mundo está esperando tus pasos!
En blog Martí podrás encontrar en nuestra sección de Run Club Primeros Pasos lecturas como “¿Cómo prepara un plan de entrenamiento de running?“.