Los ejercicios físicos benefician al cuerpo de diferentes formas y a partir de esto se clasifican de diferente forma: aeróbicos, anaeróbicos y de flexibilidad. Sobre estos últimos nos enfocaremos en este artículo, ya que tanto el yoga como el método pilates constituyen una gran oportunidad para mejorar la extensión y movilidad de los músculos.
En la actualidad es muy frecuente la práctica de disciplinas como el Joseph Pilates; de hecho, pueden llegar a confundirse, pues ambas forman parte de esos ejercicios que favorecen la flexibilidad y trabajan el cuerpo y la mente. Sin embargo, cada una es diferente, aunque tienen beneficios en común. A continuación te contamos más sobre cada disciplina.
Yoga y pilates, ¿qué son?
El yoga es una práctica milenaria proveniente de la India, la cual tiene un trasfondo filosófico que busca el mejoramiento humano a través de acciones que desencadenan una mejoría integral del ser humano; es decir, tanto física, mental, ética y espiritual. Para lograr esto, se ponen en práctica ciertos principios éticos, ejercicios físicos y técnicas de respiración, concentración, relajación y autoconocimiento que llevan al practicante a lograr una vida equilibrada.
Por su parte, el pilates es un método de entrenamiento físico y mental que surgió durante la década de 1940 —durante la Primera Guerra Mundial— cuando el alemán Joseph Pilates fue recluido en un campamento y tenía la función de ayudar a los prisioneros a mejorar su condición física. A raíz de esto, y tomando como base sus conocimientos de gimnasia, artes marciales y yoga, ideó una forma de ejercicio que pudieran practicar todos y que beneficiara su condición física y mental.
Tal como puedes darte cuenta, los métodos yoga y pilates son aptos para que cualquier persona pueda practicarlos, ya que se adaptan a las necesidades de cada una. No importa la edad, el peso corporal, las limitaciones físicas o los padecimientos crónicos: son técnicas que no impactan de forma agresiva a las articulaciones y músculos. Además, ambas disciplinas aportan los siguientes beneficios:
- Disminución del estrés y la ansiedad: ambas prácticas son una opción ideal para pasar un rato libre de estrés; esto se logra no solo por el entorno que se produce al desarrollarlas, sino también porque cuando se practican el cuerpo libera endorfinas, que son sustancias cuyo fin es darle al cuerpo una sensación de placer y bienestar, así como reducir el dolor. También, se produce serotonina, otra sustancia que genera una sensación de bienestar y mejora el estado de ánimo, así como reduce el estrés y la ansiedad.
- Mejor respiración: uno de los grandes beneficios que traen consigo los métodos yoga y pilates es que al practicarse se va desarrollando una mejor técnica y control de la respiración. Esto se debe a que en ambos entrenamientos se logra tener un mejor manejo del cuerpo y cada persona se hace más consciente del funcionamiento de su propio organismo.
- Relajación: esto está muy relacionado con la respiración, ya que para lograr un estado de relajación en el que se libere la tensión acumulada y los músculos se destensen es importante tener una buena técnica al respirar, la cual permita que este proceso se adapte al ritmo de cada entrenamiento. Al lograr esto, los practicantes se liberarán de todo lo que pasa a su alrededor y comenzarán a dispersar todas sus tensiones.
- Mejor postura y más flexibilidad: otra de las grandes ventajas de los entrenamientos de yoga y pilates es que para poder realizarlos de forma adecuada, sus practicantes fortalecen sus músculos base, los cuales les permiten tener mayor estabilidad y firmeza en su columna vertebral, lo cual se refleja en mejor postura y alineación. Además, como parte de los estiramientos constantes y la elongación de los músculos, se logra una mayor flexibilidad.
Diferencias entre los entrenamientos de yoga y pilates
Como has podido darte cuenta, los entrenamientos de yoga y pilates aportan beneficios en común y su práctica tiene muchas semejanzas. Sin embargo, una de sus grandes diferencias es que el yoga se encuentra sustentada por diversas enseñanzas que buscan que el yogui se fortalezca física, mental y espiritualmente: yamas (normas éticas sociales), niyamas (normas éticas personales), pranayamas (técnicas de respiración), pratyahara (interiorización de los pensamientos), dharana (focalización de la atención), dhyana (meditación), samadhi (liberación de la mente) y asanas (posturas).
Además de esto, el yoga —específicamente las asanas— suelen practicarse en el suelo, haciendo uso de un tapete, pelotas, bloques, cinturón o ligas de resistencia. En cambio, el pilates cuenta con distintas modalidades y cada una puede practicarse sobre un tapete o máquina, según los objetivos y necesidades de cada persona; por ejemplo, el método Reformer se trabaja sobre una máquina que posee ese mismo nombre, la cual consta de una superficie acolchada de la que se desprende un sistema de resortes y cuerdas que permiten movimientos de inclinación o equilibrio. Claro, esta variante está enfocada en aquellos practicantes con mayor experiencia.
Aunque, el pilates también tiene otros estilos que hacen uso de un tapete y accesorios como las pelotas, ligas de resistencia o rodillo de espuma y cuyo objetivo es fortalecer el centro del cuerpo y favorecer un mejor equilibrio.
Sin duda, los métodos yoga y pilates son ejercicios con muchos beneficios compartidos, pero por sí solos conllevan todo un sistema que los subyace y que les permite trabajar de diferente forma al cuerpo y convertirse en opciones distintas para quienes buscan mejorar su flexibilidad y postura.
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